Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
HISTORIA GENERAL DE LAS COSAS DE LA NUEVA ESPAÑA, I



Comentario

Capítulo catorce
En que se pone una larga plática con que el señor hablava a todo el pueblo la primera vez que los hablava. Exhórtalos que nadie se emborrache, ni hurte, ni cometa adulterio. Exhórtalos a la cultura de los dioses, al exercicio de las armas, a la agricultura, etc.

Oíd con atención todo los que presentes estáis, que os ha aquí juntado nuestro señor dios a todos los que regís y tenéis cargo de los pueblos a mí subjectos. Tú, que tienes algún cargo de república, que has de ser como padre y madre de ella. Y también estáis presentes todos los nobles y generosos, aunque no tengáis cargo de república. También estáis presentes vosotros, los que sois valientes y esforçados como águilas y como tigres, que entendéis en el exercicio militar. También estáis aquí mugeres nobles y señoras generosas. Desseo a todos la paz de nuestro señor dios todopoderoso, criador y governador de todos.

Y quiéroos esforçar y saludar agora con dos o tres palabras que os quiero dezir. Bien sabéis todos los que estáis presentes que yo soy electo señor por la voluntad de nuestro señor dios, aunque indigno, y que por ventura, por no saber bien hazer mi oficio, dios me quitará y pondrá a otro. Pero el tiempo que dios tuviere por bien que yo tenga este su cargo, haré defectuosamente y groseramente lo que soy obligado para el buen regimiento de este vuestro reino, y no sin ofender muchas vezes a nuestro señor dios.

¡Oh, miserable de mí! ¡Oh, hombre sin ventura! Que muchas vezes he ofendido a nuestro señor dios por mi desventura y miseria, y también juntamente con esto he ofendido a los principales y ilustres del reino que rigieron en él, que son mis antecessores y fueron lumbre y espejo, exemplo y doctrina, para todo el reino, para toda la gente del reino. Truxeron siempre en su mano una gran hacha de lumbre muy clara para alumbrar a todos. Fueron prudentíssimos y sapientíssimos y animosíssimos, puestos en este regimiento por nuestro señor dios. No les dio nuestro señor dios saber de niños o coraçón de niños, ni mutabilidad de niños. Hízolos poderosos y valientes para castigar los malos de su reino y para defender a su reino de sus enemigos. Adornólos finalmente de todas las cosas necessarias para su oficio. Fueron personas a quien él tenía conocidos por tales, y fueron muy sus amigos y conocidos. A estos tales he yo sucedido para echarlos en vergüença y en afrenta en hazer mi oficio con muchos defectos. Estos fueron los que començaron a fundar todo lo que agora está edificado. Fueron nuestros abuelos y bisabuelos y tatarabuelos de donde hemos venido y procedido. Fueron los que desmontaron y atalaron las muntañas y las savanas para poblarnos donde estamos, y ellos primeramente tuvieron el cargo de regir y puseyeron el trono y estrado donde estuvieron, esperando la voluntad de nuestro señor dios todos los días de su vida.

¡Oh, miserable de mí, hombre de poco entendimiento y de poco saber y de gente baxa! Que no convenía que yo fuesse elegido para este oficio tan alto. Por ventura pasará sobre mí como sueño; en breve se acabará mi vida. O por ventura pasará algunos días y años que llevaré a cuestas esta carga que nuestros abuelos dexaron cuando murieron, grave y de muy gran fatiga, en quien hay causa de humillación más que de sobervia y altivez. Agora ante que muera, si por ventura dios determinare de matarme, os quiero esfurçar y consolar.

Lo que principalmente encomiendo es que os apartéis de la borrachería, que no beváis uctli, porque es como beleños que sacan a los hombres de su juizio, de lo cual mucho se apartaron y temieron los viejos y las viejas, y lo tuvieron por cosa muy aborrecible y asquerosa, por cuya causa los senadores y señores passados ahorcaron a muchos, y a otros quebraron las cabeças con piedras, y a otros muchos açotaron. Este es el vino que se llama uctli, que es raíz y principio de todo mal y de toda perdición, porque este uctli y esta borrachería es causa de toda discordia y disensión y de todas rebueltas y desasosiegos de los pueblos y reinos. Es como un turbellino que todo lo rebuelve y desbarata; es como una tempestad infernal que trae consigo todos los males juntos. De esta borrachera proceden los adulterios, estuprus y corrupción de vírgines y violencia de parientes y afines. De esta borrachería proceden los hurtos y robus y latrocinios y violencias. También proceden las maldiciones y los testimonios y murmuraciones, y detracciones, y las vozerías y riñas y gritos. Todas estas cosas causa el uctli y la borrachera. También es causa el uctli o pulcre de la sobervia y altivez, y tenerse mucha, dezir que es de alto linaje, y menosprecia a todos, a ninguno estima ni tienen nada; causa enemistades y odios. Los vorrachos dizen cosas desatinadas y desconcertadas porque están fuera de sí. El borracho con nadie tiene paz, ni de su boca salen palabras pacíficas o templadas; es destrucción de la paz de la república. Esto dixeron los viejos, y nosotros lo vemos por experiencia. La vorrachera deshonra a los hombres nobles y generosos; tiene en sí todos los males, y quien lo come o beve, todos los males tiene. No sin causa se llamó beleño y cosa que enagena del seso, como la yerva que se llama tlápatl o míxitl. Muy bien dixo el que dixo que el vorracho es loco y hombre sin seso, que siempre come el tlápatl y míxitl. Este tal con nadie tiene amistad, a nadie respecta. Es testimoñero y mentiroso y sembrador de discordias, hombre de dos caras y de dos lenguas; es como culebra de dos cabeças, que muerde por una parte y por otra.

No solamente estos males ya dichos proceden de la borrachería, que otros muchos tiene, que el borracho nunca tiene asosiego ni paz, ni jamás está alegre ni come ni beve con asosiego ni en paz ni en quietud. Muchas vezes lloran estos tales; siempre están tristes; son vozingleros y alborotadores de las casas agenas. Después que han bebido cuanto tienen, hurtan de las casas de sus vezinos las ollas y los jarros y platos y escudillas. Ninguna cosa dura en su casa ni medra. No tiene asosiego ni reposo en su casa el vorracho, sino todo es pobreza y malaventura. No hay plato ni escudilla ni jarro en su casa; no tiene qué se vestir, ni qué cubrir, ni qué calçar, ni tiene en qué durmir. Sus hijos y todos los de su casa andan suzios y rotos y andraxosos; cubren sus hijas con algún andraxo roto sus vergüenças, porque el borracho de ninguna cosa tiene cuidado, ni de la comida, ni de los vestidos de los de su casa. Y por esta razón los reyes y señores que reinaron y posseyeron los estrados y tronos reales, que venieron a dezir las palabras de dios a sus basallos, mataron a muchos quebrándoles las cabeças con piedras y ahogándolos con sogas.

Y agora os amonesto y mando aquí a voces, a vosotros los nobles y generosos que estáis presentes y sois moços, y también a vosotros los viejos que sois de la parentera real. Dexad del todo la vorrachera y embriaguez, conviene a saber, el uctli y cualquiera cosa que emborracha, que aborrecieron mucho vuestros antepasados. El vino no es cosa que se deve usar; no murirás ciertamente si no lo bevieres. Ruégoos a todos que lo dexéis, y también a vosotros, los que sois valientes y esforçados y entendéis en las cosas de la guerra: también os mando que lo dexéis. Tú, que estás aquí o donde quiera que estás, que lo has ya gustado, déxalo. Vete a la mano, no lo bevas más, que no murirás si no lo bevieres. Y aunque se te pone este precepto, no te andan guardando para que no lo bevas. Si bevieres, harás lo que tu coraçón dessea; harás tu voluntad en secreto y en tu casa; pero nuestro señor dios a quien ofendes, que ve todo lo que passa, aunque sea dentro de las piedras y de los maderos y dentro de nuestro pecho, todo lo sabe y todo lo ve. Aunque yo ni te veo ni sé lo que hazes, pero dios que te ve te publicará y echará tu pecado en la plaça. Manifestarse ha tu maldad y tu suziedad, o por vía del hurto que harás, o por vía de palabras injuriosas que dirás, y por ventura te ahorcarás o te echarás en algún pozo o en alguna sima, o de algún risco abaxo, que éste será tu fin. Y si vozeares o braveares o gritares, o si por ventura, estando ya vorracho, te echares en el camino a durmir, o en la calle, o andovieres a gatas de vorracho, serás presso de la justicia y serás castigado y açotado y reprehendido y afrontado en presencia de muchos. Y allí serás muerto, o te quebrantarán la cabeça con una losa o te ahogarán con una soga, o te asaetearán; o por ventura por ahí te tomarán cuando comes o cuando beves; o por ventura llegarán sobre ti cuando estuvieres en el acto carnal con alguna muger agena, o cuando estuvieres hurtando en alguna casa las cosas que están guardadas en las caxas o en los cofres. Y por essa misma causa te quebrantarán la cabeça con una losa y te echarán arrastrando en la plaça o en el camino o en la calle. Y ansí infamarás a ti y a tus antepassados, y dirán de ellos: "A este vellaco dexaron su padre y su madre mal castigado, mal disciplinado, mal criado, los cuales se llamavan N. Y bien los Parece en las costumbres, como lo que se sembró nace semejante a la semilla". O por ventura dirán: "Oh, malaventurado de hombre, deshonrador de sus antepassados, los cuales dexaron y engendraron a un vellaco como éste, que agora los deshonra y avergüença". O por ventura dirán: "Gran vellaquería ha hecho éste". Y aunque seas noble y del palacio, ¿dexarán de dezir de ti? ¿Aunque seas generoso y ilustre? No, por cierto.

Quiéroos poner un exemplo de un principal de Cuauhtitlan que era generoso -se llamava Tlachinoltzin-; era ilustre; tenía basallos y tenía servicio; y el uctli le derrocó de su dignidad y estado, porque se dio mucho al uctli y se emborrachava mucho. Todas sus tierras vendió y gastó el precio de ellas emborrachándose. Y después que huvo acabado de bever el precio de sus heredades, començó a bever el precio de las piedras y maderos de su casa; todo lo vendió para bever. Y como no tuvo más que vender, su muger trabajava en hilar y en texer para con el precio comprar uctli para bever. Este sobredicho, que era tlacatéccatl y muy esforçado, y valiente, muy generoso, algunas vezes acontescía que después de vorracho se tendía en el camino por donde baxava la gente, y allí estava todo lleno de polvo y suzio y desnudo. Y éste, aunque era gran persona, no dexaron de dezir de él y reír, y de mofar de él y castigarle. La relación y fama de este negocio llegó hasta México a las orejas de Motecuçoma, rey, emperador y señor de esta Nueva España. Y él le atajó porque mandó y encargó al señor de Cuauhtitlan, que se llamava Aztatzon, el cual era hermano menor del dicho Tlachinoltzin. Y aunque era muy principal y tlacatéccatl no disimularon con él; ahogáronle con una soga, y assí el pobre tlacatéccatl murió ahorcado no más de porque se emborrachava muchas vezes.

¿Quién podrá dezir los que fueron muertos por emborracharse, nobles y señores y mercaderes? ¿Y cuántos murieron de los populares por este mismo caso? ¿Quién lo podrá dezir ni contar? Y vosotros, que sois hombres esforçados y valientes y soldados, pregúntoos: ¿Ha mandado alguno de los señores que se beva el uctli, que buelve loco a los hombres? Nadie, por cierto. ¿Es por ventura necessario para la vida humana? No, por cierto. Tú, cualquiera que tú eres, si te emborrachares, no podrás escaparte de mis manos. Yo te prenderé, yo te encarcelaré; porque el pueblo, el señorío y el reino tienen muchos ministros para prender y para encarcelar y para matar a los delincuentes. Y te pondrán por exemplo y espanto de toda la gente, porque serás castigado y atormentado conforme a tu delito, o serás ahogado y echado en los caminos y en las calles, o serás con piedras muerto. Y toda la gente se espantará de ti, porque serás echado por las calles. Cuando esto te acontescerá, no te podré yo valer de la muerte o del castigo, porque tu mismo, por tu culpa, caíste y te arrojaste en las manos de los verdugos y de los matadores, y provocaste la justicia contra ti. Haviendo tú hecho esto, ¿cómo te podré yo librar? No es possible sino que passes por la pena acostumbrada. Por demás será mirarme ni esperar que yo te tengo de librar, porque ya estás en la boca del león. Aunque seas mi amigo y aunque seas mi hermano menor o mayor, no te podré socorrer, porque ya eres hecho mi enemigo y yo tuyo, por la voluntad de nuestro señor dios, el cual nos dividió. Y yo tengo de ser tu contrario y pelear contra ti, y te sacaré aunque estés debaxo de la tierra o debaxo del agua ascondido. Mira, ¡oh, malhechor!, que el uctli nadie te lo mandó bever, ni conviene que lo bevas. Mira que las cosas carnales son muy feas y todos conviene que huyan de ellas. Nadie conviene que hurte ni tome lo ageno.

Lo que havéis de dessear y buscar son los lugares para la guerra señalados, que se llaman teuatenpan tlachinoltenpan, donde andan y viven y nacen los padres y madres del sol, que se llaman tlacatéccatl, tlacochcálcatl, que tienen cargo de dar de bever y comer al sol y a la tierra con la sangre y carne de sus enemigos. Estos son los que tienen por riqueza la rodela y las armas, y allí merecen las orejeras y los beçotes ricos y las borlas de la cabeça y las axorcas de las muñecas y los cueros amarillos de las pantorrillas. Allí merecen, allí hallan las cuentas de oro y las plumas ricas. Todas estas cosas las ganan y les son dadas con mucha razón, porque son valientes. Allí se gana la riqueza y el señorío que nuestro señor dios tiene guardado, y los da a los que lo merecen y se esfuerçan contra sus enemigos. También allí merecen las flores y cañas de humo, y la bivida y la comida delicada, y los maxtles y mantas ricas, y también las casas de señores y los maizales de hombres valientes, y la reverencia y acatamiento que les es dada por su valentía. Y también son tenidos por padres y madres y por amparadores y defenssores de su pueblo y de su patria, donde se amparan y defienden los populares y gente baxa, como a la sombra de los árboles que se llaman púchotl y auéuetl se defienden del sol. Nota bien, tú que presumes de hombre, que aquel o aquellos que fueron ilustres y grandes y famosos por sus obras notables, que son como tú, y no son de otro metal ni de otra manera que tú, son tus hermanos menores y mayores. Su coraçón es como el tuyo; su sangre es como la tuya; sus huesos como los tuyos y su carne como la tuya. El mismo dios que te puso el espíritu con que vives y te dio el cuerpo que tienes, esse mismo dio aquél el espíritu y el cuerpo con que vive. Pues, ¿qué piensas y imaginas, que es de madera o piedra o de hierro su coraçón y su cuerpo? También llora como tú y se entristece como tú. ¿Hay nadie que no ama el plazer? Pero, porque es recio su coraçón y maciço, se va a la mano y se haze fuerça para orar a dios, para que su coraçón sea sancto o virtuoso. Llégase devotamente a dios todopoderoso con lloros y suspiros. No sigue el apetito de durmir; a la medianoche se levanta a llorar y a suspirar, y llama y clama a dios todopoderoso, invisble y impalpable. Llámale con lágrimas; ora con tristeza; demándale con importunación que le dé favor. De noche vela; en el tiempo de durmir no duerme. Y si es muger cuerda y sabia, duerme aparte; en otro lugar de casa haze su cama y allí vela y está esperando cuándo será la hora de levantarse a barrer la casa y hazer fuego. Y por esto la mira dios con misericordia, y por esto le haze mercedes aquí en este mundo. La da coraçón varonil para que sea rica y bienaventurada en este mundo, para que tenga de comer y bever y que no sepa de dónde le viene la abundancia. Lo que siembrare en sus heredades crece y multiplícasse. Si quisiere tratar en el mercado, todo lo que quiere se le vende a su voluntad. También por esta causa de su velar y orar, le haze merced dios de buena muerte. Y al varón le haze merced de que sea fuerte, valiente y vencedor en la guerra, y le haze merced de que sea contado entre los soldados fuertes y valientes que se llaman cuauhpétlatl, ocelopétlatl. Y también haze merced de riquezas y deleites y de otros regalos que él suele dar a los que le sirven; también le da honra y fama.

¡Oh, cavalleros! ¡Oh, señores de pueblos y de provincias! ¿Qué hazéis? No conviene que por razón de bever uctli y de estar embueltos en vicios carnales hagan burla de vosotros la gente popular. Íos a la guerra y a los lugares de las batallas que se llaman teuatempan, en donde nuestra madre y nuestro padre el sol y el dios de la tierra señalan y notan y ponen por escripto y almagran a los valientes y esforçados que se exercitan en la milicia.

¡Oh, mancebos nobles y criados en los palacios entre la gente noble! ¡Oh, hombres valientes y animosos como águilas y tigres! ¿Qué hazéis? ¿Qué havéis de ser? Ausentaos de los pueblos; id en pos de los soldados viejos a la guerra; dessead las cosas de la milicia; seguid a los valientes hombres que murieron en la guerra, que están ya holgándose y deleitándose y posseyendo muchas riquezas, que chupan la suavidad de las flores del cielo y sirven y regocijan al señor sol, que se llama tiacáuh y cuauhtleoánitl in yaumicqui. ¿No es posible que vaís y os mováis a ir tras aquellos que ya gozan de las riquezas del sol? Levantaos, los hazia el ciclo a la casa del sol. ¿No será posible por ventura apartaros de las borracherías y de las carnalidades en que estáis embueltos? ¡Bienaventurados son aquellos mancebos de los cuales se dize y hay fama que ya han captivado alguno en la guerra, o por ventura fueron captivos de sus enemigos y asumidos a la casa del sol! N y N, nuestros sobrinos y parientes, ya están reposando, y sus madres y padres lloran y suspiran, por ellos derraman lágrimas. Y si eres medroso y cobarde y no te atreves a las cosas de la guerra, vete a labrar la tierra y hazer maizales. Serás labrador, y como dizen, serás varón en la tierra; y por aquí havrá misericordia de ti nuestro señor todopoderoso. Y lo que sembrares en los camellones, gozarás de ello después que naciere y se criare. Siembra y planta en tus heredades de todo género de plantas, como son magueyes y árboles; gozarán de ello tus hijos y nietos en el tiempo de hambre, y aun tú gozarás de ello: comerás y beverás de tus trabajos. Oíd con atención, vosotros los nobles y generosos. Principalmente endereço mis palabras a ti, que eres ilustre y de sangre real. Tened cuidado del exercicio de tañer y cantar en coros, porque es exercicio para despertar los ánimos de la gente popular, y huélgase dios de oírlo, porque es lugar y exercicio para demandar a dios cada uno lo que quisiere y para provocarle a que hable al coraçón, porque cuando es llamado con devoción para que dé su ayuda y favor, haze mercedes. En este exercicio y en este lugar se meditan y se consideran y se inventan los negocios y ardides de la guerra.

Aunque havéis elegido a vuestro rey o emperador, no bivirá para siempre, no será su vida como vida de árbol o de peña que dura mucho. ¿Por ventura nunca se murirá, o ha de vivir para siempre? ¿Por ventura no ha de haver otro señor después de él? Sic, que election havrá andando el tiempo de otro señor y de otros senadores cuando murieren los que agora son y cuando por bien tuviere nuestro señor de ponerle en su recogimiento. ¿Estás, por ventura, contento? ¿Está, por ventura, satisfecho tu coraçón porque hazes los que quieres y negocias lo que quieres? ¿O, por ventura, estás puesto al rincón, ni se haze cuenta de ti, y bives como solitario y apartado y olvidado? ¿Por ventura, faltando los que agora rigen, la comunidad irá a alquilar a alguno a otra parte o a otro reino para que la rija y para que possea el trono real, y tenga cargo de los valientes y esforçados y capitanes que entienden en el exercicio militar? Mira, si te llegares a dios y si te hizieres familiar de los que rigen, y te deleitares con ellos como en bodas, como haze la muger que se muestra en público ataviada y galana para que la quieran y la dessen; y si te quieres estrañar y hurtar el cuerpo a tu comunidad, aunque te hagas vendedor de hortalizas o leñador, que andes en los montes a traer leña, de allá te sacará dios y te pondrá en los estrados y te dará cargos de regir al pueblo o señorío, y te hará que lleves a cuestas o en los braços algún oficio de la república o de la dignidad real. ¿En quién tenéis puestos los ojos? ¿A quién esperáis que os venga a regir? ¿Qué hazéis? ¡Oh, hombres generosos y ilustres y de sangre real! ¿De quién huís? ¿De quién os apartáis? ¿Apartáis os de vuestro pueblo y de vuestra comunidad? Y vosotros, ¡oh, valientes hombres y esforçados y padres de la milicia!, ¿no sabéis que el reino y señorío tiene necessidad de dos ojos y de dos manos y de dos pies? ¿No sabéis que tiene necessidad de madre y padre para que le laven y le limpien, y de quien le limpie las lágrimas cuando llorare? También tiene necessidad de personas que sean executores de los mandamientos de los que rigen.

Para este negocio de executar la justicia havía dos personas principales, uno que era noble y persona de palacio, y otro capitán y valiente que era del exercicio de la guerra. También sobre los soldados y capitanes havía dos principales que los regían, el uno que era tlacatéccatl, el otro tlacochtecutli; el uno de los dichos era pilli, y el otro principal en las cosas de la guerra; y siempre pareavan un noble con un soldado para estos oficios. También para capitanes generales de las cosas de la guerra pareavan dos, uno noble o generoso y del palacio, y otro valiente y muy exercitado en la guerra; el uno de éstos se llamava tlacatéccatl y el otro tlacochcálcatl. Estos entendían en todas las cosas de la guerra y en ordenar todas las cosas que concernirían a la milicia.

Y estos que son ministros de la guerra y de la república irán por ti a donde estuvieres cogiendo yervas o haziendo leña o haziendo camellones en las sembradas, y te llevarán al trono y al estrado real para que tú consoeles a la gente popular en sus aflicciones y necessidades; y pondrán en tus manos las cosas de la justicia, que es como un agua muy limpia para lavar y donde se lavan las suziedades o delictos de la gente popular. Tú tendrás cargo de mandar castigar a los delincuentes, y a ti te tomará por su cara y por sus orejas y por su boca y por su pronunciación nuestro señor dios, que está en todo lugar, y tú hablarás sus palabras. Ruégoos, ¡oh nobles, oh personas de palacio, oh generosos, oh personas de sangre real!; y también a vosotros, ¡oh hombres fuertes como águilas y como tigres que entendéis en las cosas de la milicia! Miradvos de todas partes dónde tenéis algún defecto o alguna mancha cerca de vuestras costumbres; mirad qué tal está vuestro coraçón, si es piedra y zafiro, si está cual conviene para el regimiento de la república. Y si por ventura estás suzio y manchado, y tus costumbres son malas, porque te emborrachas y andas como loco, y beves y comes lo que no te conviene, no eres para regir ni convienes para los estrados ni para el señorío. Y si por ventura eres carnal y suzio, y dado a cosas de luxuria, no eres tú para el palacio ni para entre los señores. Y si por ventura eres inclinado a hurtar y tomar lo ageno, y hurtas y robas, no eres para ningún oficio bueno. Examínate y mírate si eres tal que merezcas llevar a cuestas el pueblo y su regimiento y su govierno, y para ser madre y padre de todo el reino. Por cierto, si eres vicioso, como arriba se dixo, ¿eres por ventura para tal oficio? Por cierto, no lo eres, sino que eres digno de castigo y de reprehensión. Mereces ser confundido y afrontado, y andar açotado como persona vil, y también mereces enfermedades como ceguedad o tollimiento, y mereces andar roto y suzio como un hombre miserable por todos los días de tu vida, y que nunca tengas plazer ni descanso ni contento alguno. Digno, por cierto, eres de toda aflición y de todo tormento.

¡Oh, amigos míos y señores míos! Estas pocas palabras os he dicho para vuestra consolación y para animaros para el bien; esforçar vuestras voluntades. Y también con esto complo con lo que devo a mi oficio, y cuando se ofresciere en alguna vez que encontrare con vuestros pecados, acordaros heis. Diréis: "Ya oímos lo que nos dixo y lo menospreciamos".

Desseo que con paz y asosiego os govierne nuestro señor dios. ¡Oh, muy amados míos! Otra vez, y otra, os ruego que notéis lo que havéis oído. Desseo que poco a poco lo gustéis y exercitéis. No haya nadie que se descuide. Tú, que por descuido o menosprecio, dexares estas cosas, ¿a quién podrás echar la culpa sino a ti solo? Y tú, que pusieres por obra estas cosas y las guardares en tu coraçón y las apretares en tu mano, las cuales te he dicho y mandado a ti solo, harás bien. Contigo harás misericordia y con esto bivirás consolado sobre la tierra; y augmentarás tu fama para con los viejos y antiguas personas, y a los demás darás buen exemplo para seguir la virtud. No tengo más que dezir, sino que ruego a nuestro señor dios que os dé mucha paz y sosiego.